Como en muchos otros
ámbitos, en las relaciones entre humanos y animales, luchan dos facciones
contrarias. Estas dos facciones son los proteccionistas y los tradicionalistas.
Aquellos defienden el bienestar animal y estos el mantenimiento de unas tradiciones
en las que los animales sufren y mueren. El conflicto que escenifica mejor esta
confrontación es el de la tauromaquia en Baleares. Hace ya muchos años que
antitaurinos y protaurinos se vienen enfrentando en Mallorca y, por lo que
observamos hay nulas posibilidades de entendimiento y diálogo, de modo que esta
guerra abierta acabará con la victoria de uno de los dos bandos. La aprobación de una propuesta no legislativa
(PNL) por parte del Parlamento de Baleares en la que se insta, entre otras
cosas, la prohibición de espectáculos taurinos en nuestra Comunidad Autónoma
expresa el avance de la conciencia animalista.
¿Qué supone la aprobación
de esa PNL por parte del Parlamento balear? Para algunos no supone mucho porque
no es una ley, sino una mera declaración de intenciones. Pero, desde un punto
de vista jurídico y social, tiene una serie de consecuencias muy importantes.
Vamos a verlas.
1ª.- El Parlamento ha
escuchado a la población. Esta PNL surge de las más de 150.000 firmas que la
entidad Mallorca Sense Sang ha recogido. Son más de 150.000 voces que se alzan
en contra del maltrato animal en los espectáculos taurinos. Y estas voces han
sido escuchadas. Esto genera confianza en aquellos que trabajamos por los
derechos de los animales. Si los promotores de la tauromaquia se pusieran a
recoger firmas para proteger aún más la “fiesta nacional”, dudo mucho que
consiguieran tantos miles de apoyos. Desde aquí les insto a que consulten a los
ciudadanos, con mesas a pie de calle, sin el apoyo de las empresas que se
lucran con estos festejos.
2ª.- El Parlamento se
compromete a reformar la Ley 2/1991, de protección animal de la CA de Baleares
e insta al Congreso de los Diputados a aprobar una ley de protección animal
estatal en la que no se haga ninguna excepción, es decir, que no excluya de su
ámbito las fiestas de los toros. Según el Reglamento de ambas cámaras de
representantes, con esta petición se da otro paso, dentro de la legalidad, para
cambiar las leyes. Es verdad que no es vinculante y que puede llegar a no
producir ningún cambio. Pero también es verdad todo lo contrario. Vamos
marchando hacia una nueva legislación en materia de protección animal que
recoja, no solo el sentir de la sociedad, también los nuevos descubrimientos
científicos en comportamiento y personalidad animal.
3ª.- Se ha
institucionalizado un hecho histórico: las tradiciones taurinas han llegado a
su fin. Nacieron hace algunos siglos. Se desarrollaron y fueron evolucionando. Y
desde hace bastantes años, cada vez tienen menos raigambre social. Cierto es
que cuesta concienciar que una tradición inveterada ya no responda al sentir de
la gente. La violencia machista, por poner un ejemplo paralelo, es consecuencia
de no concienciar que la tradición del hombre como dueño y señor de la mujer ya
llegó a su fin. Todavía hay muchos varones que no han asumido que la mujer es
un igual y no un subordinado. Como su mentalidad choca frontalmente con los
nuevos valores sociales, se vuelven locos y acuden a la violencia. Las fiestas
de los toros están llegando a su fin como tradición porque el pueblo cada vez
es más contrario a divertirse derramando sangre de animales y no le encuentran
sentido. En todo caso, tal vez podrían mantenerse las fiestas de los toros si
se eliminase el maltrato. Es decir, en las que toro y torero escenificaran una
lucha de resistencia y habilidad, de inteligencia y fuerza, que no finalizara
con el sacrificio del bravo.
4ª.- La PNL de protección
animal quiere resolver esta esquizofrenia moral y legal que nos hace considerar
delito la muerte de un caballo a palos y fiesta de interés cultural dar muerte
a un toro a estocadas. Por otro lado, también está en la línea más reciente de
considerar a los animales como seres sintientes y no como meros objetos de
diversión y compraventa. Dar muerte a un animal injustificadamente es un delito
castigado por los artículos 337 y 337 bis del Código Penal. Por otro lado, hay
leyes que protegen la muerte de los toros en las plazas. Pero estas leyes no
son superiores al Código Penal que tiene la categoría de Ley Orgánica. Si
surgiera algún conflicto en la aplicación de las leyes, habría que aplicar
primero el CP, de modo que la muerte de un toro en una plaza sería considerado
delito de maltrato animal, penado con pena de prisión de hasta 18 meses. Esto
hay que dejarlo claro. Las leyes que protegen la tauromaquia son contrarias al
Código Penal español y a la legislación europea de protección animal y se hace
necesaria una reforma legal para acabar con estas contradicciones. La propuesta
aprobada por el Parlamento tiene también esta intención.
5ª.- Es coherente con la
necesidad de erradicar la violencia y el derramamiento de sangre de nuestras
sociedades. En las últimas décadas la violencia en el mundo ha aumentado. Y lo
más preocupante, ha aumentado la violencia gratuita, bestial e inhumana. No se
puede mantener ni subvencionar ni proteger un espectáculo consistente en dar
muerte a un animal para divertimento del público, por muy respetable que sea
éste. Tenemos que luchar contra esta inclinación de causar mal a otros. Y si
para ello tenemos que depurar nuestras tradiciones, hagámoslo.
Por todas estas razones,
la PNL de protección animal que insta a prohibir los espectáculos taurinos en
todo el estado español, es una iniciativa popular que revista una gran
importancia y tendrá una gran trascendencia. Recordemos que en el año 2008, el
Parlament de les Illes Balears fue el primero en el mundo en adherirse a la
declaración de protección de los grandes simios. Ahora promueve dar un paso más
en la protección animal. Desde Baleares estamos cambiando el mundo para que sea
un lugar más amable para todos los seres vivos. Vaya mi felicitación a todos
aquellos que lo hacen posible.